Esfera 11: La Vida

El trabajo en y desde esta esfera consiste en terminar de quitar todos los restos que quedan en todas las 108 esferas que nos impiden acceder al nivel de co-creadores en este plano Vida-Divinidad. Todos los remanentes de contaminación esférica siguen aún impidiendo la fusión plena con nuestra estructura esférica y por lo tanto con la macroestructura esférica global en la que vivimos. Esto se traduce en desconexiones vitales, obstáculos en nuestros sueños vitales, repeticiones y atracciones de bloqueos, distorsiones en la conexión con tu Ser, bloqueos en la expansión de tu espíritu y reflejos de todo esto en el resto de las esferas.

Dentro de las cuatro fases de práctica y aprendizaje de Sphere Reset (Detox-Reconexión con el Espíritu-Recuperación del Poder-Magia), la esfera 11 no corresponde concretamente con ninguna de ellas, sino que más bien es el sumatorio de las cuatro: la limpieza obtenida y el espacio esférico recuperado, el marco donde el Espíritu se expande y comparte plenamente su Poder y que hace que la Magia sea posible. Esta fusión es uno mismo supone la proyección ejemplar de lo que por naturaleza deberíamos tener de nacimiento, es decir, desde donde nos proyectamos para poder fusionarnos con el Todo y así fluir con la Vida, en vez de chocar eternamente con los mismos impedimentos y resistencias.

Si nos posicionamos desde la fusión esférica total que nos ofrece esta esfera-11, la relación es directa con la estructura esférica completa, es decir, que la correspondencia del trabajo va a repercutir en todas las esferas. Este nivel de acceso global es el culmen de la práctica y de la capacidad de Sphere Reset, nos abre la puerta desde este número 11 que representa la maestría y por lo tanto la posibilidad de integrar la técnica en todo aquello que queramos o necesitamos emprender. La idea de poder abarcar la estructura global con nuestra expansión esférica también se verá reflejada en el trabajo con los demás, acelerando las limpiezas a otros desde nuestro espacio integral liberado. El resultado de todo esto se refleja en mayor potencia, mayor rapidez, menor esfuerzo, capacidad de acceso a todas las esferas desde la primera sesión, disminución del tiempo de espera entre limpiezas y mayor capacidad de mejoría.

La esfera-11-Vida en conexión con la Divinidad-34 es la que explica la conjunción que ha existido desde siempre del Ser con la Guía de su propio Espíritu como pasajero de un Ser vivo, un cuerpo físico que es guiado por otro cuerpo lumínico. Esta conexión ha sido muy corrompida durante toda la historia de la humanidad, desde las religiones, la ciencia, desde todos los sistemas de creencias o de control que inculcan la imposición del pensamiento único sobre el Espíritu individual (no-dividido). De esta forma, el ser humano ha ido perdiendo también paulatinamente la conexión con la vida que le rodea y con todos los seres divinos que en ella habitan, los animales y las plantas. Estos son las verdaderas divinidades de este planeta, los que viven en armonía con la naturaleza y no en conflicto constante con ella, como los humanos. La desconexión con nuestra divinidad es la base de todos los problemas que vivimos individualmente y se transmite en la misma desconexión con todo lo divino que nos rodea, por eso enfermamos. De la misma forma el Ser humano ha perdido la conexión con las divinidades que nos asisten, los mal llamados dioses, los guías y guardianes de la vida del plano de lo no-manifestado. En la naturaleza existen guías y guardianes elementales que asisten a animales, plantas, montañas, mares y cielos. Al igual que en las civilizaciones conectadas auténticamente con su espíritu hay espíritus que sirven de guía y custodian la vida en este plano material. El ser humano al verse desconectado de su naturaleza, se desvincula de la vida y por lo tanto de la divinidad inherente. Este es uno de los pilares del trabajo de esta esfera, recuperar la conexión con la autoguía del espíritu de cada uno, reconectar con los guías elementales de la naturaleza y volver a comunicarnos con los espíritus que nos asisten a pesar de que no nos demos cuenta.

Para poder entender la vida, es necesario saber que ésta va unida de forma indivisible a la muerte, y que una sin otra no tienen sentido. Cuando algo nace implica que ese ser necesita alimentarse de otros seres y por ello matar para poder vivir. Es intrínseco a la existencia en el plano material. Desde hace mucho tiempo nos han programado para tener miedo a la muerte y nos aferramos a la vida como si una cosa fuese buena y la otra mala, pero este miedo inculcado no es más que una visión errónea que nos aferra a la vida y nos impide poder vivir más allá de la supervivencia. Esta fórmula errónea es la que nos ha hecho perder nuestra naturaleza depredadora animal y, por ejemplo, dejar de matar conscientemente todo aquello que nos impide vivir de forma plena. Con esto me refiero a que si extrapolamos este miedo a la muerte a todos los ámbitos de nuestra vida, vamos arrastrando momentos que deberían morir-acabar, relaciones mal terminadas, pensamientos que no trascienden, sueños que no cambian, cuerpos que acumulan de todo por miedo a la pérdida por no dejar las cosas morir. Por lo tanto nada nuevo nace cada día, si no que renace lo ya vivido, se repite como un muerto viviente, zombies que te roban la energía, relaciones vampíricas que te chupan la vida. Sphere Reset es una técnica para ayudar a morir, para matar todo aquello que debía estar muerto y para revivir sin parasitismo la conexión con estos ciclos naturales, es decir, aprender a morir en vida. Este es el motor de la vida, el cambio, sin él nos vemos abocados a repetir jugada una y otra vez, en bucle y sin sentido.